viernes, 5 de abril de 2013

Capítulo seis. “When You Fall Like a Cannonball”

-Pall, ¿te vienes a dar una vuelta? Voy a ver un rato Londres, y como no han mandado deberes…
-No, me duele la cabeza… -dice la pelirroja tumbándose en la cama.
-Bueno.
Eli se acerca a darle un beso en la mejilla a su amiga, coge cinco libras y sale por la puerta.
-Janette, ¿puedo salir a dar una vuelta?
-Claro. ¿No vas con Pallina, la chica nueva?
-No, le duele la cabeza…
-Bueno, pásalo bien cielo.
Sonríe y sale. Se pone los dos auriculares y pone ‘Up All Night’, el primer disco de los chicos. Le recuerda a cuando empezó a ser Directioner, no paraba de escucharlo, ya que entonces era el único disco sacado. Una lágrima cae, no lo puede evitar. Es la hora de merendar y tiene un hambre tremendo, así que, nada más pasar por una heladería/cafetería, entra a pedir algo. Empieza a observar los extraños sabores que hay: Miel con nueces, chocolate con sirope de naranja, ¡Red Bull! ¿Palomitas? ¡También hay helado de humo! Elisa pone cara de asco y sigue buscando el helado perfecto. Entonces, sus ojos se iluminan y su boca empieza a salivar. Helado de Oreo con Nutella.
-¡Perdone! Una tarrina grande de Oreo y Nutella, por favor.
-Como pida la señorita. -La joven dependienta, de apenas un año más que ella, le sirve el helado  y se lo da. -Son… cuatro libras.
Elisa sonríe, le entrega el dinero, coge su helado y lo prueba inmediatamente. Jodidamente delicioso. Sonríe y se va, no sin antes detenerse en la puerta, donde hay un cartel.
“Se busca dependienta joven, con un sueldo de quinicientas libras mensuales (trabajando solo los fines de semana).”
-¿Estás interesada? -preguta la chica que le ha atendido antes. -Tú valdrías perfectamente.
-Yo no, pero mi amiga está buscando trabajo… Seguro que le interesa. Pagan bastante. ¿Te importaría reservarlo? Ella tiene mi edad y lo necesita realmente. Voy a decírselo y mañana volvemos, ¿vale?
-Oh, por supuesto, ningún problema. Hasta mañana, entonces.
-Muchas gracias de verdad. ¡Hasta mañana!
Y sale corriendo en busca de su amiga.
Pallina está apunto de dormirse cuando alguien llama a la puerta. Supone que es Elisa, pero no, no es ella.
-¡Ah, hola, Janette!
-Hola, cielo. Mira, quería hablar contigo. Hay una mala noticia.
La sonrisa de Pall desaparece.
-¿Qué… qué ha pasado?
-Es tu padre.
-¿Qué? ¿Qué ha pasado con mi padre?
Janette respira hondo y lo suelta.
-Se ha… se ha suicidado.
-¿Qué tal, Alon? ¿Te lo estás pasando bien?
-Muy bien, mamá. -dice riendo. -Hacía ya tiempo que no teníamos tardes en el cine de estas.
-Ya… Lo echaba de menos.
-Y yo.
Las dos se quedan mirándose y se abrazan.
-Bueno -dice Cristina después de unos minutos. -¿Quieres que vayamos a cenar al McDonald’s?
-Claro.
Mientras andan hacia el restaurante, su madre le mira.
-Oye, Alondra.
-Dime.
-¿Te puedo hacer una pregunta?
-Acabas de hacerla. -ríe, seguida por Cristina.
-No, en serio… ¿Tú… tú me cuentas todo?
-¿A qué te refieres?
-A todo. Tus amores, tus amigos… No quiero ser la típica madre pesada que intenta ser guay pero… No sé. Quiero que confíes en mí, quiero que me veas más como una amiga que como una enemiga.
-A ver, hay cosas que no te cuento, eso sí es verdad, pero es que me da cosa…
-Puedes confiar en mí. De verdad.
-Bueno… empecemos por lo fácil. ¿Te acuerdas de Guille?
-Para no acordarme… El que estuvo obsesionado contigo.
-¿Estuvo? Lo sigue estando.
-¿Qué? No.
-¿No te lo crees? Así mal vamos, eh. -dice riendo.
-Oh, pero es que es increíble… A mí siempre me ha gustado para ti. Es un chico majo y guapete.
-Mamá, vamos…
Las dos ríen de nuevo y, tras una tarde de “amigas” con la hija contándole todo a la madre, las dos cenan.
Pallina lleva toda la tarde llorando y llorando, con Eli y, de vez en cuando, Janette, como consuelo.
-Pero… ¿tú no odiabas a tu padre?
-Sí… pero yo odiaba a mi actual padre… Pero en mi corazón sigue estando mi antiguo padre, y yo le amaba. Ese antiguo padre también ha muerto.
Elisa le abraza de nuevo mientras le acaricia el pelo.
-Shhh… ya sé que es difícil, pero, por favor, por favor te lo pido, piensa en otra cosa.
-No puedo. No, no puedo. Ya he perdido a mis dos padres, ¿qué me queda?
-Te quedo yo. Y Janette. ¿No tienes tíos ni abuelos?
-Por parte de mi padre, no tengo tíos y mis abuelos paternos han muerto; por parte de mi madre no sé nada de ellos, viven todos en dublín porque mi madre es danesa…
La morena le abraza más fuerte aún. Entonces, entra Janette.
-¿Estás mejor, cielo?
-No…
-Si te sirve de consuelo, he tenido una idea. -dice sonriente.
-¿Cuál?
-Voy a adoptarte.
-¿Qué? ¿En serio harías eso por mí? No me conoces… de nada.
-Pero sé que eres buena chica, y que necesitas mi ayuda.
-Muchísimas gracias, Janette. Te quiero. -dice abrazándola.
-Pall, hay otra noticia. -susurra Eli.
-¿Es mala?
-No, al contrario. He visto en una heladería de aquí al lado que buscan dependiente para los fines de semana. Pagan quinientas libras. Tú estabas buscando, ¿no?
-Oh, sí. Sí, estaría bien.
-Pero, ¿para qué quieres trabajo? -interrumpe Janette.
-Para pagar el instituto.
-No, pero el instituto no lo tienes que pagar si estoy yo.
-No puedo dejar que lo pagues tú. Bastante has hecho ya por mí. Por favor, déjame hacerlo.
-Bueno, si prefieres conseguir dinero por ti misma, es tu decisión.
-Gracias.
-¿A mí, por qué?
-Por todo.
Pallina se acuesta pronto, sin cenar. No tiene hambre, no ha sido un buen día. No puede parar de llorar. En su MP3 suena ‘Cannonball’, de Little Mix. Adora esa canción, le hace fuerte frente a situaciones difíciles.
Stones taught me to fly
Love taught me to lie
Life taught me to die
So it’s not hard to fall
When you fall like a cannonball
Cierra los ojos e intenta dormirse, y lo consigue. Y sueña con su padre, cuando era pequeña y él joven. Cuando seguía vivo.

domingo, 24 de marzo de 2013

Capítulo cinco. “All You Need Is Love”

La canción ‘Wings’ de Little Mix suena alto en la habitación de Pallina. Hoy está feliz, es la primera mañana que se despierta sin saber que su padre va a quitarle la sonrisa de nuevo. Aún no tiene casa, no tiene trabajo, no tiene instituto al que ir, pero está feliz. Sube el volumen de la música. Son las nueve de la mañana, y va a ser un día largo. Tararea en voz baja la canción mientras se viste su camiseta de los Ramones negra con las letras rosa fuerte, sus Vans de los mismos colores y unos vaqueros. Se lava la cara, se hace una coleta alta y, sin pintarse, recoge todas sus cosas y sale de la horrible habitación. Al lado del ascensor encuentra un pequeño estante con periódicos del día. Agarra uno. No me vendrá mal para buscar trabajo. Abajo hay desayuno gratis, es un bufé libre, así que come todo lo que puede mientras lee el periódico. De pronto, le viene a la mente la imagen de su padre, hace diez años, bebiendo café mientras hace lo mismo que ella, leer el periódico. Echa de menos a ese padre. Entonces, abre los ojos como platos al ver una noticia, y casi se atraganta con el café. “Un hombre busca desesperado a su hija desaparecida”. Y una foto de ella misma. Mira a su alrededor e intenta taparse la cara para que no la reconozcan. Con el dinero que su padre tiene, es capaz de ofrecer muchísimo. Le da un último trago a su café y se va corriendo. Mientras anda, piensa qué puede hacer. Lo primero es elegir un instituto. Ella quería hacer Bellas Artes. De pequeña iba a pintura y se le da muy bien. Busca con la vista en la zona de información del periódico los institutos. Están clasificados por categorías en “Ciencias”, “Letras”, “Deportes” y “Artes”. Artes, definitivamente. Dentro de esta sección se encuentran varios, pero uno le llama la atención. International School of Creative Arts. Incluye alojamiento durante todo el curso y tiene dinero suficiente para pagarlo. Perfecto. Además está cerca. Ya está, decidido. Tiene que ir cuanto antes a reservar plaza, así que lo primero que hace es buscar la dirección. Al llegar, abre las puertas de fuera con miedo. Entra cuidadosamente y encuentra a una mujer de unos cuarenta años rubia, bajita y con rasgos faciales de niña.
-¿Necesitas algo? -pregunta sonriente.
-Bueno, yo… ¿Podría reservar una plaza en este instituto?
La mujer pone cara extrañada, se da la vuelta y empieza a caminar mientras le hace un gesto a Pallina como diciendo ‘Acompáñame’. El miedo se apodera de ella, pero le hace caso.
-Tú sabes que esta mañana han empezado las clases, ¿verdad? Este instituto no es demasiado serio, pero creo que una no puede venir aquí y decir, ‘¡Apúntame a las clases!’ el mismo día que empiezan. Eso es una cosa seria. Además, tienes que venir con un tutor legal y yo no veo a un tutor legal.
-A ver, señorita… Lawrence… -empieza, después de leer el apellido de la señora en la chapita que lleva.
-Puedes llamarme Janette. -sonríe la mujer, y Pallina le devuelve la sonrisa.
-Vale, a ver, Janette… Tengo un… un problema que… A ver, yo no me explico muy bien en estas situaciones, yo… A ver, es algo largo de explicar… Y es serio…
-A ver, tranquilízate… Eh…
-Pallina.
-Vale, Pallina, tranquilízate. -dice amable. -Puedes confiar en mí. ¿Quieres hablar en privado?
-Va… vale… gracias.
Janette la guía hasta una sala y se sientan. Pallina coge aire y le cuenta todo. Desde lo feliz que era con su padre de pequeña, la muerte de su madre, el cambio radical de él, su horrenda vida actual, hasta sus ganas de independizarse.
-Pero tú… ¡tú eres la chica perdida! ¡Tu padre te está buscando!
-¡Mi padre me está buscando para seguir maltratándome! -grita, exhausta, y con la cara llena de lágrimas. -Lo… lo siento, yo… no quería gritarte.
Janette se levanta y abraza fuerte a Pallina.
-Ya está, tranquila. No pasa nada.
-Es que esto… es muy difícil.
-Te entiendo… Vale, tranquila. No tienes que hacer nada, ¿vale?
-Pero necesito un tutor legal y yo… No puedo, no puedo seguir con…
-Escucha, Pallina. Yo hablaré con el director. Tranquila, vas a venir a este colegio.
Pallina levanta la cabeza lentamente.
-¿En serio?
-Claro.
La chica se le avalanza literalmente a los brazos.
-Gracias, gracias, gracias, gracias.
-No es nada. Ahora ven, te voy a enseñar tu habitación, la compartirás con una chica que también es nueva aquí.
-De acuerdo.
-Vamos.
Suben las escaleras hasta una habitación. La habitación 293.
-La chica nueva que ha venido es española, espero que no te importe… Aun así domina el inglés perfectamente.
-Oh, no hay ningún problema.
-Bueno, te dejo sola para que coloques tus cosas y todo eso… -dice, apunto de cerrar la puerta.
-¡Janette!
-Dime.
-Gracias de nuevo… De verdad.
La mujer sonríe y se marcha.
Harry anda por callejones de Londres, con los auriculares puestos. Suena ‘All You Need Is Love’, de The Beatles.
Nothing you can make that can’t be made.
No one you can save that can’t be saved.
Nothing you can do but you can learn how to be you in time.
It’s easy.
All you need is love.
All you need is love.
All you need is love, love.
Love is all you need.
Tararea la canción en voz baja y piensa. Está en su paseo de reflexión. En algo tendrá que pensar. Últimamente no se siente muy lleno. Le falta algo. Pero no algo que alguien le haya quitado, no. Algo nuevo. ¿Y si lo que necesito es amor? ¿Y si necesito enamorarme? Nunca me he enamorado de verdad. Sí, tal vez es eso lo que necesito.
El timbre de última hora suena y Elisa inmediatamente coge sus cosas y se va. No ha hecho apenas amigos, ya que se ha dedicado todo el día a tomar apuntes y estar atenta. Además ella es muy tímida. Solo se le ha acercado un chico. Un chico bastante guapo, sí. Rubio, con ojos verdes y alto. Se sienta a su lado en clase de pintura. Matthew, ha dicho que se llama. Le saluda con la mano mientras sonríe al verle por el pasillo. Sube corriendo las escaleras  y saca la llave de la mochila, antes de abrir la puerta. Espera encontrarse la habitación sola pero, para su sorpresa, esto no es así. Hay una chica de espaldas a ella, mirando por la ventana. Se da la vuelta al oírle llegar.
-¿Pall?
-¡Elisa!
-¡Pall!
Las dos chicas corren a abrazarse.
-¿Qué haces aquí?
-¡Estudio aquí! ¡Qué casualidad!
-Ya.
-Oye… Ahora que estamos solas, ¿te importaría contarme esa historia? Me quedé con la intriga… Si no quieres no, eh. No te quiero hacer sentir  obligada. Solo quiero que confíes en mí.
-Claro, ven, síentate.
Elisa se sienta a su lado y la pelirroja empieza a contarle detalladamente su historia. La sonrisa de la morena va abandonando su cara conforme pasa el tiempo, y algunas lágrimas caen, hasta que no puede más y abraza a su amiga.
-Lo siento muchísimo. Pero, ¿cómo es que estás aquí si no tienes ningún tutor legal a parte de tu padre?
-Bueno, he hablado con la secretaria y dice que va a intentar convencer al director para que me quede aquí.
-¿En serio? Eso sería genial. De todas formas, si dice que no, mi madre puede pedir tu custodia y quedar como mi hermana.
-No creo que haga falta, pero muchísimas gracias… de verdad.
-No hay de qué. Ahora bajemos a comer, tengo un hambre que me muero.
Cristina le da vueltas a la sopa.
-Mamá, ¿te pasa algo? -pregunta Alondra, quien come su sopa con ganas. -Te veo rara últimamente.
-No es nada importante. ¿Vas a salir esta tarde?
-Bueno, sí… Pero si quieres lo cancelo y voy contigo a algún lado. ¿Vamos al cine?
-Estaría bien, pero no quiero que dejes de salir por mi culpa.
-No me importa, de verdad. Prefiero ir contigo.
Cristina sonríe.
-Gracias.
Abre la puerta con la llave y  entra en casa. Como de costumbre, Zayn y Louis están en el sofá viendo algo, Liam cocinando algo y Niall comiéndose los ingredientes.
-Hey, familia.
-Hey, bro. -dice Zayn, sin apartar la vista de la tele.
-¿Qué tal tu paseo de reflexión?
-Muy bien, Louis.
-¿Has reflexionado algo?
-Sí.
-¿El qué?
-Que necesito enamorame.
De pronto, todos los chicos giran sus cabezas para mirarle.
-¿Vas en serio? -dice Liam desde la cocina.
-¿Por qué no iba a ir en serio?
-No sé… No eres muy… de enamorarte.
-¡Por eso! Es lo que necesito. Últimamente no me veo muy feliz, y probablemente es eso lo que me falta. Amor.
-Pero Harry, yo creía que tú ya me amabas a mí. -dice Louis dramatizando la situación, lo que causa a todos reir.
-Louis, voy en serio. Si es lo que mi ídolo John dice, es lo que haré.

lunes, 25 de febrero de 2013

Capítulo cuatro. “Stay With Me”

Pallina se sienta en un banco para descansar. No puede más. Se va a hacer de noche en poco tiempo y no tiene ningún sitio. Esa noche le toca dormir en un hotel. ¿Y si busca algún instituto con alojamiento, de esos privados? Seguramente haya bastantes. St Paul’s Scool. Es un buen sitio, y no demasiado caro. Pero para eso debería haber reservado la plaza hace meses… Ya haré esto mañana. Me muero del sueño. Coge sus cosas y se dirige al primer hotel que vea. Dos estrellas. Este mismo, no necesito lujo para una noche. Paga una habitación solitaria. Sube por un viejo ascensor a la primera planta y busca la 36. Ahí está. Introduce la llave y abre la puerta. Vaya mierda de habitación. Pero tendrá que aguantarse. Dos estrellas son dos estrellas. Cierra  la puerta, lleva todo su equipaje dentro y, directamente, se quita la cazadora y se mete en la cama. Está molida.


Elisa avanza lentamente por los pasillos del International School of Creative Arts. La directora le ha guiado hasta su planta, y le ha dado el número y la llave de la habitación. 293. Abre la puerta y encuentra dos camas vacias. La directora le ha advertido que aún no tiene compañera de habitación. Uf… Así será difícil hacer amigos… Abre el armario y mete todas sus cosas. No está mal el instituto. Se desnuda y se pone su pijama rosa pastel de Las Supernenas. Ese pijama se lo regaló su abuela tiempo atrás y ahora le tiene demasiado cariño. Hoy no tiene hambre, ni va a bajar a cenar. Solo quiere dormir, ha sido un día muy largo y en dos días empiezan las clases.


Hay dos chicos sentados en una mesa de la terraza de un bar en el centro de Londres: uno inglés y otro irlandés, uno de pelo negro, piel morena y ojos color avellana; y otro rubio, de piel  casi blanca y ojos azules cielo. A pesar de eso, los dos comparten una grandísima amistad. El moreno le da un largo trago a su cerveza.
-Bueno, Niall, ¿cuándo vas a encontrar a tu chica? Eres el único que queda de la banda.
-Harry también sigue soltero.
-Harry es un caso aparte.
Los dos ríen.
-Y yo también. Entiéndeme, estoy esperando a la chica perfecta para mí. ¿O prefieres que me quede con cualquiera?
-No, no, al contrario. A ti te conviene alguien que de verdad te quiera, que te aprecie, que te ame tal y como eres. Bueno, y evidentemente, que a ti también te guste.
-Ya, por eso. Todavía no la he encontrado. Todavía. Hay tiempo, Zayn. La pregunta es, ¿realmente debo dejar que venga o debería buscarla?
-No lo sé. Supongo que el destino te la traerá.
-Creo que acabaré con una Directioner. Piénsalo: Nadie me va a querer más que ellas, me conocen bien, ellas me quieren. El caso es que me enamore yo… Me ha pasado más de una vez que me ha gustado una fan, pero luego ella pasaba de mí… Que solo os quería a vostros cuatro. Y eso duele, tío.
-Niall, las verdaderas Directioners nos quieren a los cinco. Debes saber eso. Sí es buena idea eso de que salgas con alguna. Al fin y al cabo, tienes razón, ninguna chica te va a querer más que ellas. Lo malo es que el resto de los chicos nos pondremos celosos -bromea Zayn, y los dos ríen.
-No sé, ya veré… De todas formas, casi prefiero no distraerme con chicas. Ya sabes, hay que trabajar duro para el nuevo disco.
-En eso tienes razón. Ya se verá.
Los dos beben de sus respectivas botellas de cerveza y el rubio se queda pensando. Definitivamente, tengo que esperar a que mi princesa llegue. Todavía está en camino.


-Oh, vamos, Guille, invítanos. Encima de que venimos contigo, que somos tres pivones… -bromea la chica con el pelo de varios colores: Castaño, rubio y rosa por las puntas.
-Bea, no seas pesada…
-Venga, por favor… -le suplica esta vez Nadia, con los labios ligeramente apretados, las cejas con expresión triste y los ojos llorosos: “La cara de cachorrito”.
-Bueno, pero la última. ¡Camarero, otra ronda!
La rubia y la chica con el pelo de colores chocan sus manos riendo.
Alondra, mientras, está atenta a su móvil. Bea la mira.
-Tía, ¿qué haces? Disfruta, Guille nos invita a otra copa.
La morena levanta la cabeza de una.
-Sí, estaba  hablando con mi hermana por WhatsApp. No se puede dormir.
-¡Es verdad, Eli! ¡Ya está en Londres! ¿Cómo está?
-Dile que la echamos de menos por aquí.
-Se lo diré.
-Bueno, pero aquí el que invita soy yo, no Eli. Hablad de mí un poco, ¿no?
Las tres ríen y justo después el camarero trae cuatro pequeños vasos de un licor desconocido para ellos.
-Brindis por Guille y su dinero.
Los cuatro vasitos chocan, haciendo que alguna que otra gota acabe en la mesa. Y los cuatro amigos se acaban su respectiva bebida de un trago.


Elisa recibe saludos de los amigos de su hermana y sonríe, pensando en lo que deben estar haciendo ahora mismo. Ella también añora los momentos así con sus amigos. Y ahora probablemente esté sola. Suspira. Se coloca el par de auriculares y le da al botón de reproducir. Sale ‘Stay’, la versión de Cher Lloyd. Adora esa canción. La historia de Cher le ha ayudado mucho en su pasado. Sonríe, se acomoda en la almohada y disfruta de lo que para la gente normal es música, y para ella es placer.
In the silence of your room
In the darkness of your dreams
You must only think of me
There can be no in between
When your pride is on the floor
I’ll make you beg for more

Stay with me
Stay with me…

Capítulo tres. “Come As a Friend”

La ropa. Toda su ropa. Los zapatos. Todos los accesorios. La bolsa de aseo. Sus libros. Sus discos. ‘+’, de Ed Sheeran y ‘DNA’ de Little Mix. Sus cantantes favoritos. Compró esos discos con el dinero que su abuela le dio de cumpleaños antes de morir, un año atrás. Lo mete todo en dos maletas, coge su bolso y mete su móvil, su MP3, la tarjeta de crédito, que contiene toda la herencia de su madre y lo que Pallina lleva ahorrando casi toda su vida. Después coge su mochila y mete todo lo que le trae buenos recuerdos de esa casa. Ya está. Empezar de nuevo. Pero, ¿qué hago? ¿Me voy de la ciudad? ¿Me mudo a un piso lejos de esta casa? Opta por lo segundo, ya que saldrá más barato. Le da un último adiós a lo que era su hogar y sale por la puerta. No va a vivir más en ese horrible chalet lleno de miedo. Su padre no volverá de donde esté hasta unas horas, así que tiene tiempo. Se acerca al metro más cercano, para que la lleve al centro de Londres. Tiene que buscar un piso, un instituto y un trabajo para los fines de semana. Se sienta en una de las maletas mientras está en el metro. Frente a ella, hay una chica de, más o menos, su edad, exactamente en la misma posición y con otro par de maletas. Pallina la observa, y esta se da cuenta, la mira de vuelta y la pelirroja agacha la cabeza. Llega su parada de metro: ‘Hyde Park Corner’. Coge su equipaje y sale cuidadosamente para no caerse. Divisa el ascensor y corre hacia él, antes de que se cierre la puerta; pero con las prisas, choca con alguien.
-¡Lo siento, lo siento, lo siento! -oye una dulce voz femenina. Pallina se da la vuelta y encuentra a la chica del metro recogiendo a toda prisa sus cosas.
-N… no, lo siento, yo, iba… corriendo y no me di cuenta. -dice ella en bajito, y tímida, es la primera persona con la que habla desde hace mucho tiempo, sin contar a su padre o a los dependientes de las tiendas. -Te lo he tirado todo, lo siento.
-No, no ha sido tu culpa. -sonríe la chica morena.
-Eres de España, ¿verdad?
-¿Eh? ¿Cómo lo sabes?
-Por tu acento. -ríe Pallina.
-Ah, bueno, aún tengo que perfeccionar la pronunciación, estoy estudiando aquí inglés y fotografía y, si te digo la verdad, no he hecho nada en todo el verano.- Las dos ríen. -¿Y tú? Pareces de aquí, ¿dónde vas con tantas cosas?
-Yo, ehm, bueno… Es una historia larga…
-Bueno, no pasa nada, ya me la contarás.
-Claro. -sonríe. -¿Cómo te llamas?
-Elisa. ¿Tú?
-Pallina.
-¿Te importa que te llame ‘Pall’?
-No, claro que no.
Ambas sonríen y se dan los números antes de despedirse.
Pallina lo guarda como ‘Elisa’, simplemente, y esta, en cambio, lo guarda como ‘Pall, nueva amiga de Londres’.


Alondra y su madre ya han terminado de desayunar hace ya, ahora se dirigen al centro, donde Cristina se queda en casa y Alondra con sus amigas, en casa de Nadia. De fondo suena ‘Come As You Are’, de Nirvana.
-Tía, Guille me está hablando otra vez.
-¡Joder, qué pesado!
-Ya, pero me da pena… Dice de quedar hoy. Por favor, ven, no quiero quedarme a solas con él.
-Bueno, pero solo por tí, ¿eh? Ya sabes que no le aguanto.
-Gracias, Bea, te debo una.
-Una y más…
-Pues eso.
Come as you are, as you were,
As I want you to be
As a friend, as a friend, as an old enemy.
Take your time, hurry up
The choice is yours, don’t be late.
Take a rest, as a friend, as an old memoria
La tercera amiga, una chica de lacio pelo rubio oscuro, llega con dos granizados de limón y uno de fresa. Bea coge este último y le da un beso a Nadia, que suspira.
-¿De qué hablábais?
-De Guille. -dice Alon.
-¿Vuelve a las andadas? Este nunca se cansa. -suspira, ofreciendo a la morena el otro granizado.
-Sí, hija mía… No puedo con él. Me ha dicho que quedemos, pero Bea y tú os venís.
-¿Y eso?
-Así no es tan incómodo.
-Bueno, vale. Si a mí Guille me cae bien.
-Pero es insoportable.
-Y feo. -suelta Bea por atrás.
-¡No es feo! Es muy mono. -le defiende Nadia.
-Bueno, es alto, de cuerpo no está mal y tiene unos ojazos. -Alondra le da un trago a su bebida. -Pero ya está.
-Pues a mí me parece bastante guapo.
Bea, al instante, comienza a canturrear cosas tipo “Nadia y Guille están en un árbol, dándose besitos y abrazos”. La rubia en seguida le da un codazo para que se calle. Alondra no para de reírse con la escena.
-¿Te gusta Guille, Nadia? -dice al fin.
-Pero mira que sois tontas…
Las dos chicas se miran y se empiezan a reír a más no poder, gritando “¡A Nadia le gusta Guille, a Nadia le gusta guille!” continuamente.

Capítulo dos. “Change, Change Your Life”

Alondra se quita algunas de las lágrimas que han caído durante la despedida y nota como su móvil vibra. Seguramente será el pesado de Guille. Lleva pillado por ella desde primero de E.S.O, salieron un par de veces, pero la cosa no salió bien. Es uno de sus mejores amigos, pero él sigue enamorado de ella y lo demuestra. La morena saca su móvil del bolsillo. Es un WhatsApp. Tiene 1553 acomulados en grupos llenos de gente a la que ni conoce. Pero el mensaje nuevo, sin sorprender a Alondra, es de un Guille:
“Alon, cielo! A ver cuándo quedamos, que hace tiempo que no te veo ;)”
Suspira. ¿¡Que hace tiempo!? ¡Si nos vimos la tarde anterior!
-Cielo, ¿dónde te apetece que vayamos a ceomer hoy? -oye la voz de su madre.
-Ehm… Mamá, esta noche tengo plan. Si quieres desayunamos juntas, ¿vale?
-¡Ah! Claro. -Cristina sonríe no muy convencida. ¿Se están mis niñas haciendo mayores? Una no pisa la casa, y, cuando lo hace, es para cogerme dinero “prestado”; y la otra, acaba de irse a Londres. Es su sueño desde siempre, pero no quiero que se vaya… No quiero. 
A Cristina se le escapa una lágrima.
-¿Mamá? ¿Estás bien?
-¿Eh? Sí, sí, solo es que… Nada, que voy a echar de menos a tu hermana…
-Tranquila, mamá, volverá en un año.
-Supongo.
Las dos sonríen y se dirigen a la primera cafetería del centro comercial que pega al aeropuerto.


Pallina llora. Y llora. Y llora más. A ver si un poco de música me arregla un poco. Activa su MP3 en ‘Aleatorio’ y le da al Play. Y, aleatoriamente, sale ‘Change Your Life’, de Little Mix. Change you life… ¿Que cambie mi vida? ¿Y si de verdad es eso lo que tengo que hacer? ¿Y si hiciera una locura, como fugarme de casa? No, no me atrevería. Soy demasiado cerrada. Mi padre puede encontrarme. Pero, tal vez, si tengo la fuerza para aguantar mi vida actual, quizá tenga la suficiente para superar todos esos problemas. Piénsalo, Pallina.
La pelirroja cierra los ojos y lo piensa. Una vida sin su padre maltratándola. Una vida con amigos. Es posible. Además, tiene la herencia de su madre. No es demasiada, pero para empezar está bien. Puede cambiarse de instituto, en vez de la mierda en la que está. Porque eso no es un instituto, es una mierda.
You’re not alone
Sí. Por supuesto que puede hacerlo.
Change, change your life, take it all
We’re gonna stick together, know we’ll get through it all
Change, change your life, take it all
You’re gonna use it to become what you’ve always known… Become what you’ve always known
Y, por primera vez en mucho tiempo, Pallina sonríe.


“Señores pasajeros, el avión está a punto de aterrizar, les rogamos apaguen sus móviles y aparatos electrónicos. Gracias”
La voz de la azafata despierta a Elisa. Y despierta emocionada. ¿Ya estoy aquí? ¿En serio? ¿Es Londres? ¿Mi Londres? ¿No es ninguno de mis anteriores sueños? Dios mío, no, no es un sueño. Es de verdad. Hace caso a la azafata, y apaga su móvil. Coge su equipaje de mano, y se queda preparada hasta que el avión aterrice del todo. Tiembla de los nervios. ¿Y si me encuentro a alguno de mis ídolos? A los chicos, pienso buscarlos. Y a Cher. Y a Ed. Necesito verles en persona. Lo necesito.
Cuando llega el momento, Elisa es la primera en desabrochar su cinturón y salir literalmente disparada a la puerta de salida del avión. Baja el último escalón y un rayo de sol le deslumbra la vista, como en las películas. Pero esta vez ella no lleva ningunas gafas de sol. Ella pensaba que iba a estar todo nublado. Sonríe. Una sonrisa que no le cabe en la cara. ¿Conocerá a mucha gente? Seguramente. Es una beca llena de gente. El instituto es muy bueno, pero tampoco es uno muy pijo. Algo normal. Perfecto para ella. Sonríe de nuevo y sale corriendo hacia la salida del aeropuerto.

Capítulo uno. “The Start of Something Beautiful”

This is the start of something beautiful
This is the start of something new
You are the one who’d make me lose it all
You are the start of something new, oh

Elisa abre los ojos, es su penúltimo día en España. Le da al botón de Pause en el reproductor de música de su BlackBerry blanca, no quiere dormirse de nuevo oyendo esa canción. Se quita los auriculares y bosteza mientras se estira. Hoy es domingo, tiene pensado estudiar, así que prefiere despertarse medianamente pronto. Son las diez. Suficiente. Se levanta y va hacia la cocina. Coge dos rebanadas de pan y las mete en la tostadora; mientras se hacen, vierte un poco de leche en un vaso y, seguidamente, le echa Cola-Cao y un puñado de cereales. Aún da cabezadas, no ha podido dormir en casi toda la noche. Está a punto de cerrar los ojos de nuevo, cuando el pitido de la tostadora le sobresalta. Da un bringo y va a cogerlas para untarles, seguidamente, un poco de mermelada natural de frambuesa. Lo pone todo sobre una bandeja y se lo lleva al salón, enciende la tele y se lo empieza todo.
También tiene pensado hacer la maleta hoy, ya que le va a costar mucho, y mañana prefiere pasar el día con sus amigas de España. Termina rápido, recoge todo y lo mete en el fregaplatos, antes de lavarse las manos y, directamente irse a estudiar. ¿El qué? Pues Inglés. Lo domina a la perfección, solo le queda repasar la pronunciación. Si quiere ir a Londres a pasar el curso, va a tener que hablar su idioma perfectamente.


-¡Arriba, niña! -oye Pallina de fondo.
Sin pensárselo dos veces, se levanta de un respingo y se viste rápido. Se peina su pelo liso con las manos y sale por la puerta.
-Sí, papá.              
La muchacha oye cómo su padre cierra la puerta. Busca en la nevera a ver si hay algo para desayunar. No hay. Se asoma al armario. Tampoco. ¿Y en el estante? Nada. No sé ni por qué me molesto. Agarra uno de los pocos vasos que hay en el estante y lo llena con agua del grifo. No puede creer que, con la generosa vida que tenía antes, ahora esté así. Desayunando agua. El dinero que su padre podría haber gastado en comprar alimentos, lo tienen ahora todas las prostitutas que le han atendido y todos los hombres que le han vendido la droga. Ella no puede más. ¿Por qué te has ido, mamá? ¿Por qué tu ausencia ha convertido a papá en un mounstro? ¿Por qué me has dejado sola con él? Y comienza a llorar, como de costumbre. No, definitivamente, no puede más.


Dos días después.

-¿Llevas todo? ¿Las lentillas? ¿Los abrigos? ¡Que en Londres hace mucho frío! No has perdido el dinero que te dimos, ¿verdad? Llévalo en un sitio seguro.
-Sí, mamá, lo llevo todo, tranquila. -ríe Elisa. Pero poco después se le escapa una lágrima. -Te voy a echar de menos, mamá.
-Y yo a tí, cielo. ¡Alondra, ven a despedirte de tu hermana!
La chica morena corre hacia su hermana y la abraza, dejando que se escape alguna lágrima.
-Sigue así, Eli. Estoy orgullosa de tí. ¿Llevas tu Réflex?
La chica alza su cámara para hacer ver a su hermana mayor que sí, que la lleva, y qué la cuidará con su vida.
-Te quiero, Alon. No me olvides.
-No lo haré, enana.
Las hermanas se dan un último abrazo y la pequeña sale corriendo, no sin antes hacer un gesto de despedida con la mano. Un policía la cachea para asegurarse de que no lleva nada metálico. Le entrega el pasaporte a un señor que la deja pasar, y va hacia el avión. Es la primera vez que vuela sola. No tiene miedo, pero le es extraño. Deja las maletas más grandes en la cinta para que las empaqueten y las trasporten en otro avión. Va hacia aquella enorme explanada, y las puertas de aquel enorme mounstro blanco se abren, haciendo una cola de personas que suben. Se coloca en ella hasta que puede pasar del todo. Busca el número 13 en los asientos, y se acomoda en él. Espera a que el avión despegue y enciende su móvil, se pone los auriculares y se sumerge en la música.
And I’ll throw it all away
And watch you fall into my arms again
And I’ll throw it all away
Watch you fall, now

You are the earth that I will stand upon
You are the words that I will sing

And I’ve thrown it all away
And watched you fall into his arms again
And I’ve thrown it all away
Watched you fall, now

And take me back
Take me home
Watch me fall
Down to earth
Take me back for

This is the start of something beautiful
You are the start of something new